Correr y meditar

Correr me gusta correr, si hubiera hecho caso a algún que otro médico traumatólogo, que no a mi cardióloga, ahora estaría irritada muy a menudo. Correr me sienta bien, me devuelve la vitalidad que necesito para vivir, me hace querer ser mejor y me hace sentirme bien.

Correr es duro, todo lo duro que tú quieras, si solo te fijas en que requiere mucho esfuerzo, será más duro. Es un juego de palabras, pero defino lo que cada uno podemos sentir al correr. Yo prefiero quedarme con la parte positiva, la que me hace ser feliz.

Meditar nos viene bien, pensar en esa carrera que nos ilusiona, que la visualizamos en situación de reposo, nos hace muy poderosos, porque estamos aprendiendo en reposo a recorrerla. Un poco de meditación cada día y unas frases positivas, harán de nosotros unos corredores fuertes y alegres.

Me marcho a Berlín, ya he recorrido varias veces con mi mente la maratón, he llegado y he vibrado con emoción, la que espero contaros muy pronto.